Cuando hablamos de yoga, es normal tener primero en la cabeza una serie de posturas más o menos complejas. Sin embargo, esta práctica milenaria, aparecida en India y en el actual Pakistán, es mucho más que un simple entrenamiento físico. Es una filosofía de vida dedicada a la salud del ser en su totalidad, en sus aspectos físicos y sutiles. Nada sorprendente, además, en el significado original de la palabra: en sánscrito, “yoga” puede en realidad traducirse por “unión” o “unidad”.
Practicando regularmente el yoga, desarrollamos así la conexión y el equilibrio entre cuerpos, mente y alma, para una salud óptima y duradera. Podrías también sorprenderte por la extensión de sus propiedades, que no se limitan solo a la salud física… Continúa tu lectura para saber más sobre los múltiples beneficios del yoga y por qué no, ¡sumergirte en esta práctica accesible para todos/as!
Los muchos beneficios físicos del yoga
Fuerza y flexibilidad
Uno de los primeros beneficios del yoga en el cuerpo físico es el desarrollo de la fuerza y la flexibilidad.
Los asanas tienen como particularidad el hacer trabajar algunos conjuntos musculares dosificando justamente comodidad e incomodidad. ¡Además, “asana” puede traducirse del sánscrito por “posición cómoda”! Los músculos se ponen al límite sin daño. Por la alternancia de estados de contracción y relajación creada por las diferentes posturas, las fibras musculares, elásticas (que recuperan su forma después de un movimiento) se van reforzando progresivamente. Los músculos se trabajan de esta manera en profundidad y se vuelven más poderosos.
Las fascias, o tejidos presentes entre los músculos, se estiran y flexibilizan de una asana a la otra. Plásticas, su forma se adapta al trabajo de los músculos y permiten poco a poco una mejor amplitud de movimiento. Al mismo tiempo, las posturas de yoga permiten mantener las articulaciones haciéndoles hacer movimientos suaves y repetitivos. Este efecto simultáneo sobre las fascias y las articulaciones garantiza una mejor flexibilidad física.
El yoga, beneficioso para todo el organismo
Aunque el efecto “visible” de la flexibilidad y el refuerzo muscular del yoga es el más evidente, ¡sus beneficios físicos sobre los otros sistemas del cuerpo son múltiples!
El sistema nervioso es el primer beneficiario de una práctica regular de yoga. La gran importancia acordada a la relajación y a la respiración permite en realidad un apaciguamiento del sistema nervioso simpático, que se encarga de la transmisión de las señales de estrés en caso de peligro (real o percibido). Al mismo tiempo, estimula suavemente el sistema nervioso parasimpático, dedicado a la relajación. El resultado es un sistema nervioso equilibrado y, por lo tanto, una disminución del estrés en el organismo.
¡Pero eso no es todo! El yoga tiene también beneficios sobre:
- El sistema endocrino equilibra la producción de las diferentes hormonas (ciclos de vigilia/sueño; crecimiento; sistema inmunitario, etc.) y gracias a una afluencia de sangre renovada en oxígeno,
- Los sistemas cardiovasculares y respiratorio, estimulando suavemente el corazón y los pulmones, especialmente por la concentración sobre la respiración profunda
- El sistema digestivo, movilizando los músculos abdominales y “masajeando” los órganos digestivos,
- La regeneración celular y la sanación de los tejidos, mejoradas gracias al desarrollo de un estado de calma general y a la reducción del estrés en el cuerpo.
Entiendes mejor ahora por qué un yogui o una yoguini parece irradiar salud y energía sin importar cuál sea su edad. Sí, el yoga parece contribuir bien a una vida larga y feliz. La yoguini Tao Porchon-Lynch, por ejemplo, es conocida por haber practicado y enseñado yoga hasta… ¡los 101 años!
Una mente calmada y emociones reguladas
Desarrollar la paz interior
Gracias a su efecto regulador sobre el sistema nervioso mencionado más arriba, el yoga posee, por lo tanto, también beneficios sobre la mente y la psicología del practicante. La interconexión entre la física y lo sutil descrita por el yoga está en funcionamiento: con el cuerpo físico en calma, la mente puede también relajarse.
Además, la concentración sobre las sensaciones físicas a lo largo de una sesión anima a la yoguini o al yogui a volver plenamente al cuerpo. La respiración profunda, en particular, empleada para “sumergir” en una postura, contribuye también al dejar ir de la mente. Focalizándose en la inspiración y expiración, empujamos sutilmente al “pequeño mono” de la mente a tranquilizarse y tomar distancia con las preocupaciones cotidianas.
Muy rápido, con una práctica regular, una sensación de paz interior se despliega, así como una capacidad incrementada de abordar los desafíos de la vida con confianza. Con un mejor anclaje, la percepción del mundo y de uno mismo se vuelve más flexible, compasiva, como un espejo de la flexibilidad física adquirida gracias a los asanas.
Es uno de los efectos del yoga que continúan, aún a día de hoy, impresionándome, tanto como profesor como en mi práctica personal: una sensación de paz que se difunde poco a poco en todo el ser.
Hacer espacio a las emociones
Las emociones juegan también un rol clave en el bienestar global. Una buena regulación de estos últimos es esencial para mantener ecuanimidad, vitalidad y confianza. Más precisamente, las emociones son, por esencia, hechas para circular en el cuerpo.
Gracias al yoga, la/el practicante desarrolla un espacio interior y un retroceso suficiente para no ignorarlo, sino al contrario, acogerlos y permitirles esta circulación. Con la mente calmada y relajada, es más fácil no identificarse con ellas y tomarlas por lo que son: olas en la superficie del océano de la consciencia, cuya naturaleza es atravesar el ser.
Los beneficios del yoga en el plano mental descansan, por lo tanto, y esencialmente, sobre una circulación fluida de pensamientos y emociones, garantía del bienestar psicológico del practicante.
El yoga, bueno para el cuerpo, la mente… y el alma
Purificar los cuerpos sutiles
En la tradición yóguica, especialmente en el hatha yoga, los cuerpos sutiles poseen canales de energía o “nadis”, del mismo modo que los vasos sanguíneos y capilares que irrigan el cuerpo físico. Siempre en un enfoque holístico (es decir, que comprende el ser humano como un todo, físico, mental/emocional y espiritual/energético), el yoga se emplea para purificar también los cuerpos sutiles “limpiando” estos canales de energía. Los asanas y los ejercicios de respiración facilitan la circulación del “prana” o energía vital y barrerán las nadies de sus residuos energéticos. ¡Así que es una gran limpieza que opera en todos los planos, que garantiza una energía mejorada!
También, el yoga estimula los chakras o centros de energía, responsables de la circulación del prana a través de estos canales. Estimulado por los ejercicios de respiración y las posturas, cada chakra funciona de forma más óptima y puede, por lo tanto, cumplir mejor su rol único. De esta manera, por ejemplo, el chakra del corazón, asociado al amor incondicional, estimulado por el yoga, ayuda a desarrollar una compasión más grande hacia uno mismo y los demás.
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He aquí un pequeño vídeo explicativo sobre los chakras:
Reconectar con uno mismo
A un nivel sutil, los beneficios del yoga se orientan así hacia una mejor conexión a nuestro Yo interior, al corazón o al alma, según las preferencias de cada uno/a. Su práctica permite restablecer progresivamente el contacto con tu esencia, lo que te anima como ser humano pero también como individuo.
Sumergiéndote regularmente en los asanas, estableces o restableces el vínculo con quien eres realmente, reconectando con tu sabiduría y tu alegría interiores. Desarrollas naturalmente tu intuición y capacidad de discernir lo que está acorde con tu camino de vida único y eres más capaz de crear una vida que se te asemeje.
¡Como seguramente habrás entendido, los beneficios del yoga son innombrables! Esta práctica, finalmente, está destinada a hacer que todo circule mejor dentro de nosotros: nuestro flujo sanguíneo y las hormonas del bienestar, nuestros pensamientos y emociones, y nuestras energías sutiles. Una buena circulación de todos estos flujos físicos y no físicos asegura armonía y vitalidad a lo largo de la vida. Practicando yoga, incluso si eres principiante, cultivas una salud del cuerpo, la mente y el alma a largo plazo. ¡Así que no lo dudes, ponte tus pantalones o leggings de yoga, despliega tu esterilla favorita, respira hondo y baja en perro cabeza abajo!
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