Curar con Piedras: ¿Superstición o Verdad Sorprendente?

Para la mayoría de nosotros, que hemos pasado nuestra vida arraigados al plan físico al que nos gusta llamar “realidad”, la idea de la curación por cristales entra en la categoría de superstición irracional y del “new age”. Es como si la mayoría de nosotros se preguntase cómo una roca puede ser otra cosa que una piedra y todavía menos, que pueda almacenar energía y ayudarnos a sanar. ¿Cómo las piedras, los minerales y los metales pueden hacer algo más que permanecer ahí sin hacer nada? Para responder a esta pregunta, debemos aventurarnos en la existencia física que consideramos actualmente como “todo lo que existe” en esta realidad.

La materia física se ha considerado durante mucho tiempo la base estable de la realidad. En otros términos, la física es el examen que la mayoría de nosotros utilizamos para determinar lo que es “real” y lo que no es “real”. Pero la materia física no es el centro de la realidad tal y como la conocemos. En cambio, se trata solo de un pequeño aspecto de la energía infinita en el universo. Podrías pensar en la realidad física como la fina membrana ultraperiférica de este universo, parecida a la de la piel – una cobertura de epidermis que recubre una infraestructura invisible de vastas dimensiones donde la energía se explica de manera distinta ya que vibra a frecuencias diferentes según su dimensión. Todo objeto físico, vivo o no, existe no solamente a nivel físico, sino que también en la multitud de dimensiones energéticas fuera de la fisicalidad.

Todo lo que ves en este mundo es de naturaleza multidimensional. Todo tu sistema corporal no es nada más que la energía que se manifiesta bajo diferentes formas y densidades. Lo mismo ocurre con lo que consideramos “estructuras inanimadas” como las rocas.

Cuando los patrones de energía funcionan juntos de manera no resistente y coherente, experimentamos lo que llamamos salud. Estos patrones de energía pueden ser interrumpidos por una multitud de cosas. Cuando se produce, padecemos un estado de malestar. Esto conduce a una mala salud. Esta estructura energética, resistente y discordante es responsable de todos los síntomas negativos que experimentamos en nuestro estado físico, desdel mal de cabeza hasta el cáncer.

Todo lo que creemos sólido y “real” nos es simplemente real a causa de nuestros sentidos físicos, pero nuestros sentidos físicos no hacen nada más que interpretar la energía como un olor, una imagen, un gusto o una sensación. Son nuestros sentidos los que lo convierten en esto, a falta de una palabra mejor, una realidad energética y holográfica, en una realidad estática que llamamos física. Son nuestros sentidos los que nos dicen que estamos “separados” de nuestro entorno.

En nuestro nivel más fundamental, no participamos solamente en este vasto campo energético, estamos también constituidos de este campo energético. No lo hacemos con cada cosa animada o inanimada que vemos. Nuestras vidas físicas no son más que expresiones diferentes de la misma energía que constituye “todo lo que es” en todo nuestro universo y en todas las dimensiones. La amplitud y la frecuencia (lo que a menudo llamamos las vibraciones) en las que esta energía se manifiesta son lo que determina si la energía se convierte en una persona o en una roca en la dimensión física.

Los cristales y lo que llamamos piedras preciosas tienen una vibración exenta de motivos resistentes. Forman parte de estructuras de la dimensión física que tienen frecuencias más equilibradas, coherentes, fuertes e intencionales. Su estructura física e inalterada asegura que los patrones energéticos innatos de equilibrio, de fuerza y de cohesión son incorruptibles. En la dimensión física, cuando coges un cristal, podrías tener la impresión de que no haces más que tocar y mirar un objeto físico. Pero en las otras dimensiones en las que tú y la piedra existís, te “arrastras” energéticamente con esta piedra. Este arrastre produce después modificaciones en tu estructura y psicología en la dimensión física.

La ley que rige todas las dimensiones del universo es la de “la unidad”. En la vida física, hemos llamado finalmente a esto “ley de la atracción”. En términos simples, solo las frecuencias que coinciden con una conexión vibratoria pueden coexistir. Consecuentemente, para compartir un mismo espacio con otra “forma” debes vibrar al mismo nivel que esta forma. La salud es el estado natural de toda forma en el universo. Como resultado, la tendencia natural de todos los elementos del universo es el del equilibrio, la cohesión y la facilidad. Esto quiere decir que la progresión natural de la vibración se ve empujada a ir y  resonar en el mismo sentido que la salud. De esta manera, cuando compartes un espacio con un cristal (o una piedra preciosa) que tiene una vibración sin resistencia, en vez de que la vibración del cristal adopte un motivo no cohesivo, tu energía es la que dará como resultado la energía del cristal y adoptará su motivo cohesivo.

Esta “influencia” te impide crear el modelo de enfermedad en tus infraestructuras energéticas y por consecuencia, la manifestación física de esta energía perjudicada no se mantiene más y el síntoma físico desaparece. Debido a esto, los cristales y las piedras preciosas son increíblemente eficaces para sumergirse en un estado vibratorio de salud y armonía. Todo lo que tiene un modelo energético inherente de no resonancia puede actuar como un diapasón, ofreciendo una vibración que podemos utilizar para ajustarnos a una vibración sana. Esto es lo que pasa realmente con los niveles energéticos de la infraestructura cuando escuchas una canción que te gusta, pasas tiempo al lado de una persona que aprecias o tomas un remedio homeopático.

Cada cristal o piedra preciosa resuena con un modelo ligeramente diferente sobre el plan energético y por lo que, al igual que nuestras estructuras físicas, aparecen físicamente diferentes cristales en cuanto a composición química, de estructura, geometría, color y textura. Por esta razón, cada uno se prepara perfectamente para modelos que residen en nuestros sistemas físicos específicos. Por ejemplo, compartir su espacio con el cuarzo rosa, es mostrar los patrones energéticos activos en nuestro corazón físico y metafórico para alinearse con la salud y adaptar un patrón más libre de resistencia. Por lo tanto, cuando nuestra energía confluye con un cuarzo rosa, los problemas cardíacos no resueltos desaparecerán, lo que nos permitirá dejar todo lo que deformaba nuestras energías que se identifican con nuestro corazón.

Los cristales y las piedras preciosas se desarrollan en las profundidades de la corteza terrestre desde hace millones de años a presiones y temperaturas extremadamente elevadas. Esto les da un lugar entre los objetos de la Tierra con la energía más pura y original. Son capaces de recibir, contener, proyectar, emanar, refractar y reflejar la energía. Los cristales tienen una configuración de átomos muy coherente. En la piedra preciosa llamada “cuarzo” estos átomos vibran a una frecuencia estable y cuantificable. Por esta razón, el cuarzo es un excelente receptor y emisor de energía electromagnética. Por ello, el cuarzo se utiliza en las radios, los relojes y muchas tecnologías electrónicas.

La científica ganadora de un premio Nobel, Marcel Vogel, ha descubierto que no solamente los cristales pueden estar programados bajo la forma de chips de silicio dentro de uno ordenador, sino que pueden también programarse con la energía de la consciencia. Ha descubierto que cuando alguien utiliza un ordenador, los pensamientos se dirigen al ordenador presionando sobre el teclado. Estas informaciones se almacenan en los chips de silicio del ordenador vía soporte electrónico. Vogel ha demostrado entonces que, como en el caso de la electricidad, el pensamiento es una forma de energía que puede ser dirigida gracias a lo que nosotros llamamos “intención”. Tras este descubrimiento ha concluido que los cristales pueden también ser programados sin necesidad de electricidad, utilizando únicamente pensamientos como energía de información.

El cuarzo es lo que se llama un material piezoeléctrico. Una sustancia piezoeléctrica es algo que produce una carga eléctrica cuando se aplica una fuerza mecánica. Cuando el material piezoeléctrico se somete a una fuerza mecánica, se produce un desajuste de los centros de carga positivos y negativos en el material, lo que luego ocasiona un campo eléctrico externo. Esta fuerza puede ser provocada afectando o retorciendo el material justo lo suficiente para deformar su red cristalina sin fracturarla. El efecto funciona también en sentido opuesto, el material se deforma ligeramente cuando se aplica una corriente eléctrica débil.

Si bien se desata una controversia sobre si el efecto piezoeléctrico desempeña un papel en la relación curativa entre el hombre y los cristales, el hecho de que los cristales sean tan sensibles a los campos electromagnéticos tiene importantes implicaciones. Esto juega un rol determinante, ya que nuestros cuerpos están compuestos de campos electromagnéticos que emiten de manera permanente y por otro lado, los cristales y piedras preciosas reaccionan a esta electricidad que recorre nuestro cuerpo.

Otro descubrimiento interesante es que el cuarzo se compone de silicio de oxígeno (SiO2), una combinación conocida por los geólogos como la piedra angular de todos los minerales. Nuestro planeta se compone de minerales que contienen silicio y oxígeno. El silicio es un componente importante de nuestro cuerpo humano. Algunos de los más grandes científicos tienen la hipótesis de que la transferencia de energía del cristal natural entorno al silicio en nuestro propio cuerpo podría tener algo que ver con el efecto de sanación físico provocado por la exposición a los cristales.

Los cristales y las piedras preciosas son unas de las herramientas más poderosas de las que disponemos en la dimensión física de la existencia. Son herramientas que hemos utilizado inconscientemente en un momento u otro. Esto es a menudo una interacción que tiene lugar cuando nuestra atención es atraída sobre una piedra específica. Sobre el plano físico, pensamos que es “bonita” y no sabemos por qué nos gusta tanto, nos sentimos obligados a tomarla y guardarla en nuestros bolsillos. No tenemos idea por qué sentimos esta necesidad y no somos conscientes de lo que se esconde detrás de nuestras ganas de cogerla. No sabemos que nuestra infraestructura energética nos llama hacia la vibración específica de esta roca para arrastrarnos con ella y dirigirnos hacia un modelo de salud más coherente que el que mantenemos actualmente.

Como para todas las herramientas, la clave de una utilización máxima consiste en aprender a implementar conscientemente la herramienta. Si este escenario podía pasar de una acción inconsciente a un proceso consciente de búsqueda de un cristal o una piedra preciosa específica, basada en el conocimiento de las propiedades de su utilización, la receptividad de la persona sería tal que los efectos de la piedra serían cien veces superiores. Si reconocemos conscientemente que la calidad energética de cada cristal y de cada piedra preciosa tiene un impacto sobre nuestros propios campos electromagnéticos, veríamos que crean una respuesta electroquímica en el seno de nuestro cuerpo y un estado psicológico que nos permitiría utilizarlas como las herramientas poderosas que son. Podríamos utilizarlas cotidianamente para promover nuestra salud, la toma de consciencia, el crecimiento y para nuestra vida mutltidimensional.

Este artículo es una traducción del artículo de Teal Swan en inglés disponible aquí.

 

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